A Moisés emprender no le asusta. Sus ahorros y la ayuda de préstamos bancarios y subvenciones le permitieron poner en marcha su empresa, Quesos Artesanos de Frailes, una idea de negocio que inicialmente nació de observar a su madre elaborar queso fresco de cabra para el autoconsumo. Gracias al apoyo de los programas europeos para el emprendimiento y a su posterior formación reglada en un centro específicamente dedicado al arte del queso en Hinojosa del Duque (Córdoba), este negocio modesto es una realidad desde 2005. Además del punto de venta directo que tiene en su planta, Moisés Garrido atiende pedidos a través del teléfono y el correo electrónico, pedidos que es capaz de llevar a su destino en 24 horas. Y es que la frescura y la corta caducidad de su queso fresco y su requesón han hecho que este joven de Frailes aguce el ingenio para la venta. Dos tercios de su producción se venden a través de distribuidores externos y ha ampliado su gama de productos hasta el queso curado, el semicurado y el queso envasado en aceite de oliva, así hasta 3.000 kilogramos de queso al mes.

El trabajo que realiza en su pequeña empresa, que da empleo a tres personas, una de ellas con discapacidad, mantiene parámetros artesanos. Su trabajo con paños de gasa para el filtrado de la leche a la hora de elaborar queso fresco y requesón le ha animado a solicitar la certificación "Q" de calidad, algo que pocos en el sector tienen. Los moldes se llenan a mano, unos 200 por hora. La peculiaridad de su queso es también la de su leche de cabra, procedente en una gran parte de una de las razas puras que se mantienen en la Sierra Sur, la "Malagueña florida". Esto confiere al queso un sabor muy particular con el que Moisés ha sabido abrirse un hueco en el mercado e incluso ganar certámenes. Quesos Artesanos de Frailes ha obtenido el Primer Premio en la categoría de "curados" en la Feria andaluza específica de este producto que se celebra en la localidad de Guadalteba.