
Patatas Fritas «Santo Reino»
Mucho ha llovido desde que Francisco Gutiérrez y su mujer comenzaran a vender churros y patatas en su humilde churrería a la sombra de la Catedral de Jaén, capital del Santo Reino. Todo ha cambiado menos la forma de cortar, freír y llevar hasta el consumidor sus famosas patatas. De los conos que Francisco vendía por las calles de Jaén los domingos a los actuales envases de moderna factura en lineales de los supermercados y las grandes superficies, del reparto en moto de los primeros pedidos que Paco atendió a mayor escala a la flota de furgonetas y camiones de la actual Patatas Fritas Santo Reino. Del pequeño negocio del matrimonio Gutiérrez a una planta dotada con las últimas tecnologías para hacer llegar sus patatas fritas, las de toda la vida, a cualquier rincón de España gracias a su tienda on line y su red de distribuidores. Sus patatas...y otras 100 referencias de snacks y frutos secos.
No se quedan en la Península. Su capacidad productiva puede superar fácilmente las 500 toneladas anuales de producto que ahora comercializan. Por ello han comenzado su expansión al mercado internacional basándose en un criterio simple: ¿Qué marca de patatas fritas de otro país puede decir que elabora sus productos con la grasa más saludable que existe en el mundo, el aceite de oliva? Pocas. Ese es el secreto de Santo Reino. ¿Qué queda, pues de aquella empresita que con mucha ilusión montó Francisco Gutiérrez en 1965? su legado encarnado en el empuje de sus tres hijos y la decena de empleados que han hecho de esta marca su marca, la marca de Jaén.
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